All right, all right

El que me conozca sabe que a veces le doy muchas vueltas al mismo asunto antes de tomar una decisión.

Allí esta el asunto, con su actitud malcriada, colocando pesos a un lado de la balanza, luego al otro... y cuando la balanza parece inclinarse lo suficiente como para que aparezca el señor decisión, ¡Ahá! el asunto se ríe con cara de niño malo y vuelve a equilibrar los lados de la balanza.

El asunto blog ha sido particularmente molesto. Ya va para 5 años con la tontería. Que si despega, que si no. Pero el señor decisión se aburrió de esperar. Así que ya no importa si me expongo al psicoanálisis, si la gente se aburre o se escandaliza con lo que escribo. Me da igual.

El que quiera leer, que lea. El que quiera comentar, pues que comente. El que se quiera suscribir, que se suscriba.

Este blog no pretende agradar a nadie más que a mí. Me quejaré montones (es que se me da súper bien) y contaré lo que veo, lo que pienso y lo que opino. Ya para medirme tengo otros escenarios.

Y con esto, asunto blog, quedas cerrado. O más bien, abierto.

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